martes, 26 de julio de 2016

-MITOS Y MENTIRAS SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD PARTE 3


 

       Un articulo http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_animales donde afirmaba que hay animales que mantienen relaciones de tipo homosexual, por lo que se concluía que esta práctica era natural en el ser humano lo que me hizo pensar algunas cosas e investigar otras:

    1. Muchos (generalmente gays) se basan en que muchos animales tienen comportamientos homosexual como para afirmar que la homosexualidad es natural. Partamos de la base que el hombre es un ser diferente ( no vamos a entrar en eso ahora, ya que las diferencias son obvias más allá de los que ponen su fe en la Evolución) sabemos que el animal se comporta básicamente por instinto y no por decisiones racionales y el buscar conductas de animales para justificar acciones o decisiones humanas no parece adecuado, consideremos por ejemplo:

§  La Depredación (consiste en la caza y muerte que sufren algunos individuos de algunas especies (presa), por parte de otros que se los comen llamados depredadores o predadores.) podría utilizarse para justificar un genocidio, o el asesinato en general).

§  El parasitismo (es una interacción biológica entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador.) podría utilizarse como justificativo para la explotación y abuso de otros seres humanos.

§  Hay especies que devoran a sus propias crías como el tiburón gris o (Carcharinus plumbeus), pero esto no justifica conductas caníbales del hombre.

En fin a varios otros ejemplos pero creo que con estos es suficiente para ilustrar el punto.

2. Si todos los hombres fueran gay y las mujeres lesbianas no podrían concebirse más hijos, salvo por métodos artificiales. Algunos tratan de justificar diciendo que entonces una relación en la que no haya reproducción seria también antinatural por ejemplo:

§  Relación sexual utilizando métodos anticonceptivos, en este caso la relación sexual no se desvirtúa sino que se limita de manera temporal la posibilidad de concepción pero la misma no es imposible (como en los casos de relaciones homosexuales).

§  El caso de que algún miembro de la pareja sea estéril, en este caso hay una anomalía física ( o a veces emocional) pero la existencia de la misma, obviamente, no transforma a la relación en antinatural, ya que no es por una decisión voluntaria sino por un desorden físico (o mental)
Como resumen en el caso de una pareja formada por persona del mismo sexo, necesitarían de un tercero y de diferente sexo cosa que no pasaría en los casos anteriores, esta es la clave.

La relación anal no es natural (dejando de lado para este punto el placer que brinde)

3. El ano es una estructura que no está fisiológicamente preparada para la relación sexual, por tanto, existen una serie de problemas que se presentan durante la penetración anal que son los siguientes:

§  En el recto no ocurren las modificaciones de tamaño (alargamiento y ensanchamiento) que ocurren en la vagina durante la fase de excitación.

§  La mucosa rectal no se lubrica, como lo hace la vagina, aunque, en algunos casos, puede haber aumento de la secreción mucosa normal del ano.

La mucosa rectal no tiene la misma resistencia que tiene la mucosa vaginal al roce y, por esta razón, esta práctica sexual puede favorecer la penetración de gérmenes patógenos.
Debido a esto, las relaciones anales pueden ser muy traumáticas, a menos que haya una preparación adecuada, que simule los cambios fisiológicos de la vagina, es decir, dilatación y lubricación. Alrededor del canal anal existen dos esfínteres.

La primera respuesta del ano a la penetración, es un espasmo que ocurre producto de la estimulación y es como “un rechazo a la penetración”.


4. Existen investigaciones que afirman lo siguiente “Los homosexuales viven hasta 20 años menos” yo lo extraje de: http://www.periodistadigital.com/salud/object.php?o=114630 por si alguien le interesa.

5. Se argumenta también que si casa “causa placer hay que hacerlo, pero no tiene en cuenta que los violadores siente placer, los pedófilos también, aun los asesinos en serie al torturar y matar pero esto no justifica sus hechos.

6. No todos, pero muchos homosexuales han sufrido abusos en su niñez o adolescencia (son varios los casos que se pueden conocer por internet, por ejemplo en http://www.icarito.cl/medio/articulo/0,0,3255_5726_46404469,00.html,  hay un interesante artículo al respecto)
Creo que no cabe duda que no me creo que la homosexualidad sea algo natural sino una perversión sexual al igual que la pedofilia, la zoofilia, o las prácticas de un violador.
No tiene que ver con cuestiones religiosas sino de conciencia. Sabemos que la homosexualidad no es una enfermedad sino una decisión.
Si existe libertad para decidir la orientación sexual, creo que también existe para expresar rechazo o desacuerdo y el deseo de tener una sociedad sana. No creo para nada justo tampoco que sea en las escuelas donde se eduque a los hijos acerca de la sexualidad incluyendo, la homosexualidad, ya que es responsabilidad de los padres. Después que cada uno quiera elegir esa orientación, es otro tema





Un tema que lo han utilizado y que les distorsionaron la realidad para la implantación de este tipo de leyes.  
En su esfuerzo por dar a la homosexualidad todas las apariencias de normalidad, el movimiento homosexual se ha vuelto hacia la ciencia, intentando probar tres premisas mayores:
La homosexualidad es genética o innata;
La homosexualidad es irreversible; una vez que hay animales que tienen vida sexual con otros del mismo sexo, esto es natural.
Los medios de izquierda han estado demasiado dispuestos a anticipar el veredicto de la comunidad científica y difundir la falsa impresión de que la ciencia valida la homosexualidad. La evidencia no podía ser más contraria.

“¡YO NACÍ DE ESA FORMA!”

       El argumento de que los homosexuales “nacieron de esa forma” o de que “está en los genes” condujo a la búsqueda del gen homosexual. Tres proyectos de investigación han sido comúnmente mal interpretados para apoyar esa conclusión, en especial las del Dr. Simon LeVay, Drs. J. Michael Bailey y Richard C. Pillard, y Dr. Dean Hamer.[1]


LA ASOCIACIÓN MÉDICA NORTEAMERICANA RESUME LOS HECHOS EN HOMOSEXUALIDAD Y ESPERANZA:

Varios investigadores han tratado de encontrar una causa biológica para la atracción entre seres del mismo sexo. Los medios de comunicación han promovido la idea de que un “gen gay” ya ha sido descubierto pero, a pesar de varios intentos, ninguno de los muy publicitados estudios ha sido científicamente demostrado. Varios autores han revisado cuidadosamente estos estudios y encontrado que, no sólo éstos no prueban la base genética para la atracción por el mismo sexo, sino que ni siquiera contienen tales declaraciones

Si la atracción por el mismo sexo estuviese genéticamente determinada, entonces uno esperaría que gemelos idénticos sean idénticos en sus atracciones sexuales. Hay, sin embargo, numerosos informes de gemelos idénticos que no son idénticos en sus atracciones sexuales.[2]

EL ESTUDIO DEL DR. SIMON LEVAY

La investigación del Dr. LeVay sobre el cerebro enfocó una agrupación de células en el hipotálamo conocidas como INAH-3. Él alegó haber encontrado “sutiles, pero significativas diferencias” entre las estructuras cerebrales de hombres homosexuales y normales. Concluyó el resumen de su estudio diciendo: “Este encuentro sugiere que la orientación sexual tiene un substrato biológico.”[3]

Fue tanta y tan descabellada la especulación que siguió a la publicación de su estudio en Science Magazine que el Dr. LeVay se sintió impelido a enmendarlo. En 1993, escribió:

Para muchas personas, encontrar una diferencia en la estructura cerebral entre hombres homosexuales y normales equivale a probar que los homosexuales son “nacidos de esa forma”. Una y otra vez he sido definido como alguien que “probó que la homosexualidad es genética,” o algo como eso. No lo hice. Mis observaciones fueron hechas sólo en adultos que fueron sexualmente activos por un período considerable de tiempo. No es posible, sólo con base en mis observaciones, decir si las diferencias estructurales estaban presentes al nacer, y más tarde influenciaron a los hombres a hacerse homosexuales o normales; o si surgieron en la vida adulta, quizá como resultado de su conducta sexual.[4]




La insistencia del Dr. LeVay en observaciones más amplias es el punto capital de todo el problema. Explicando la investigación hecha por un profesor de neurología en la Universidad de California en Berkeley, Dr. A. Dean Byrd dice:

             El Profesor Breedlove concluyó que el cerebro no es un órgano estático. Cambia y se ajusta al comportamiento, y, en el caso de este estudio, específicamente a la conducta sexual. 

Así, cuando alguien realiza un acto particular repetidamente, ciertos circuitos nerviosos en el cerebro son fortalecidos. Como el cerebro es un órgano físico, cuando estos circuitos nerviosos son fortalecidos, se reflejan en la química del cerebro. Alguien que repetidamente juega basketball tendrá un cerebro diferente de alguien que estudia ciencia de cohetes. Asimismo, el comportamiento de una persona homosexual produce probablemente una estructura cerebral diferente. Estudios como el de LeVay, aunque sean concluyentes, sólo muestran lo que la ciencia ya sabe sobre el cerebro.[5]

EL ESTUDIO DE BAILEY Y PILLARD

El Estudio de Bailey y Pillard se centró en gemelos. Como el estudio de la Asociación Médica Católica señala, si la homosexualidad es genética, gemelos idénticos, que comparten el mismo código genético, deberían tener actitudes idénticas hacia la homosexualidad.

Sin embargo, los Drs. Bailey y Pillard no pudieron establecer esto. Su estudio probó que, cuando un mellizo era homosexual, había aproximadamente una probabilidad 50/50 de que el otro mellizo fuese también homosexual. No obstante, esta probabilidad 50/50 es más bien atribuible a la influencia de la cultura circundante y a la del otro mellizo.

Como el Dr. Byrd señala: “El único punto esencial que emerge de la investigación de Bailey y Pillard realmente probó que las influencias ambientales juegan un fuerte papel en el desarrollo de la homosexualidad.”[6]

EL ESTUDIO DE DR. DEAN H. HAMER

Mucha gente equivocadamente cree que Dr. Dean H. Hamer descubrió el “gen gay”. Su investigación de DNA enfocó un pequeño trecho del cromosoma X en la posición Xq28. Después de analizar esta secuencia DNA en cuarenta pares de hermanos homosexuales, concluyó que los mismos marcadores genéticos existían en el 83% de ellos.

Sus hallazgos fueron mal interpretados como prueba que la homosexualidad es genética y hereditaria. Sin embargo, como el mismo Dr. Hamer afirmó:

El linaje no produjo lo que originalmente esperábamos encontrar: simple herencia Mendeliana. De hecho, nunca encontramos una sola familia en la cual la homosexualidad estuviese distribuida en el obvio modelo que Mendel observó en sus plantas de guisantes.[7]

El Dr. George Rice repitió la investigación del Dr. Hamer, pero con diferentes resultados. Esto llevó al Dr. Rice a concluir: “Nuestros datos no apoyan la presencia de un gen de amplio efecto que influencie la orientación sexual en la posición Xq28.”[8]

Neil Whitehead, un Ph.D. en bioquímica, afirmó: “la homosexualidad no es innata, no está dictada genéticamente, no es inmutable.”[9]



“¡YO NO PUEDO CAMBIAR!”

Nada es más devastador para la agenda homosexual que la afirmación de que la homosexualidad puede ser curada. En realidad, si la homosexualidad es genética, dominante e irreversible, entonces nadie es responsable por actos de desvío sexual, una vez que no puede ser resistida o cambiada cuando se lo desea.

El hecho innegable, sin embargo, es que, actuando sobre el comportamiento homosexual pasado, la terapia psicológica probó ser exitosa en disminuir, y en muchos casos aun en eliminar, la atracción indeseada por el mismo sexo. Esto desconcierta a los activistas homosexuales radicales.[10]

Por esta razón, el movimiento homosexual ostenta una marcada aversión hacia aquellos que sugerirían que la homosexualidad puede ser revertida o curada. Por ejemplo, el Dr. C. C. Tripp declaró en un debate público: “No hay una sola instancia registrada de un cambio en orientación homosexual que haya sido validada por jueces externos o probada.”[11]

BASADO EN SU EXPERIENCIA PROFESIONAL, EL DR. LAWRENCE HATTERER RESPONDIÓ:

Yo he “curado” a muchos homosexuales. Cualquier otro investigador puede examinar mi trabajo porque está todo documentado en 10 años de cintas magnéticas. Muchos de estos pacientes “curados” (prefiero usar la palabra “cambiados”) se han casado, tenido familias y vivido felices. Es un mito destructivo que “una vez que se es homosexual, siempre lo será.”[12]

Enfrentado con la evidencia, aun el Dr. Robert L. Spitzer, que dirigió la campaña en la Asociación Psiquiátrica Norteamericana para dejar de publicar la inclusión de la homosexualidad en la lista de desórdenes psiquiátricos, cambió de opinión:

“Como la mayoría de los psiquiatras, yo pensaba que el comportamiento homosexual no podía ser resistido, pues la orientación sexual no podía ser cambiada. Ahora creo que eso es falso -algunas personas pueden hacer y hacen el cambio.”[13]

            En 2001, en un estudio sobre 200 ex-homosexuales, el Dr. Spitzer encontró que la religión era una razón muy importante por la que muchos abandonaron la homosexualidad: “Las dos razones más comunes para buscar el cambio eran que vivir como un homosexual o lesbiana ya no era satisfactorio (81%) y que el comportamiento homosexual estaba reñido con la religión del participante (79%).”[14]

Los resultados significativamente positivos de la terapia simplemente no pueden ser ignorados. La declaración Homosexualidad y Esperanza, de la Asociación Médica Católica observa:

       Varios terapeutas han escrito ampliamente sobre los resultados positivos de la terapia de la atracción homosexual. Revistas de tratamiento para las atracciones no deseadas hacia el mismo sexo muestran que es tan exitoso como el tratamiento para problemas psicológicos similares: alrededor del 30% se libera de los síntomas y otro 30% experimenta una mejoría.
Relatos de terapeutas individuales han sido igualmente positivos. Esto es sólo una muestra representativa de los terapeutas que relatan resultados exitosos en el tratamiento de personas que experimentan atracción hacia el mismo sexo.[15]

Si la terapia para la atracción no deseada por el mismo sexo registra una tasa de éxito del 30% (y otro 30% son parcialmente curados) en la sociedad hedonista de hoy, ¿cuán mayor éxito podría esperarse en una cultura verdaderamente católica que proporcione todos los elementos para la práctica de la virtud?

“SI ANIMALES LO HACEN, ENTONCES DEBE SER NATURAL”

Enterados de la debilidad científica de sus dos primeras premisas, los activistas homosexuales a menudo usan la tercera premisa basada, en el comportamiento animal.

El raciocinio que existe detrás de esta tercera premisa científica homosexual podría ser formulado así: “El comportamiento homosexual se observa en animales. Los animales siguen sus instintos de acuerdo con su naturaleza. Por tanto, la homosexualidad está de acuerdo con la naturaleza animal. Una vez que el hombre es también animal, entonces la homosexualidad debe también estar de acuerdo con la naturaleza humana.”

¿EL INFANTICIDIO Y EL CANIBALISMO SON PARTE DE LA NATURALEZA HUMANA?
Esta línea de razonamiento homosexual es insostenible. Aquellos que observan los actos aparentemente homosexuales entre animales deben aceptar también que otras formas de comportamiento animal tales como que los padres maten a sus descendientes, o que algunas especies se devoren entre sí, están también de acuerdo con la naturaleza animal.[16]
Aplicando este raciocinio al hombre (porque también es animal) forzaría a aceptar la conclusión absurda de que el infanticidio y el canibalismo están de acuerdo con la naturaleza humana.[17]

NO EXISTE EN LOS ANIMALES UN “INSTINTO HOMOSEXUAL”

Cualquiera que se ocupe de la más elemental observación animal es forzado a concluir que la “homosexualidad” animal, el infanticidio y el canibalismo son excepciones del comportamiento normal animal. 
En consecuencia, no se puede hablar de ellos como instintos en la naturaleza animal. Estas formas observables y excepcionales de comportamiento animal resultan de otros factores más allá de los instintos normales.

EXPLICANDO EL PROBLEMA: ESTÍMULOS QUE SE CHOCAN E INSTINTOS CONFUSOS

Explicando el problema de estos comportamientos, la primera observación que debe ser hecha es que los instintos animales no están atados por el determinismo absoluto de la leyes físicas que gobiernan el mundo mineral. En varios grados, todos los seres vivos pueden adaptarse en algo a las circunstancias. Ellos responden a estímulos internos o externos.

En segundo lugar, la cognición animal es puramente sensorial, limitada a los sonidos, a los olores, al tacto, al gusto y a las imágenes. Así, ellos no tienen la precisión y claridad de la percepción intelectual humana. Por tanto, no es infrecuente que animales confundan una sensación con otra o un objeto con otro.

Los instintos mueven al animal hacia un fin de acuerdo con su naturaleza. Sin embargo, la confianza espontánea del impulso instintivo puede sufrir modificaciones en su curso, como otras imágenes sensoriales, percepciones o la memoria pueden entrar en juego, como nuevos estímulos que afectan el comportamiento del animal. También, el conflicto de dos o más instintos puede a veces modificar el impulso original.

En el hombre, cuando dos reacciones instintivas se chocan, el intelecto determina el mejor curso a seguir, y la voluntad entonces refrena un instinto mientras estimula el otro.

En los animales, dada la ausencia de intelecto y voluntad, cuando dos impulsos instintivos se chocan, prevalece aquel más favorecido por las circunstancias. Esto resulta en casos observables de filicidio animal, canibalismo y “homosexualidad.”

FILICIDIO ANIMAL

Sarah Hartwell explica que las gatas matan a sus crías porque reciben señales mezcladas de sus instintos:

La mayoría de las gatas pueden conmutar entre el “modo jugar” y el “modo cazar” para no dañar a sus crías. En los gatos este desconectar el “modo cazar” puede ser incompleto y, cuando ellas se agitan mucho en el juego, el instinto “cazador” es forzado y ellas pueden matar a los gatitos. El instinto cazador es tan fuerte, y es tan duro desactivarlo cuando la presa está presente, que el descuartizar y aun el comer los gatitos pueden seguirse. Compare el tamaño, sonido y actividad de gatitos con el tamaño, sonido y actividad de la presa. Ambos son pequeños, tienen voces chillonas y tienen movimientos rápidos y erráticos. Todo esto dispara el comportamiento cazador. En el gato, el comportamiento maternal no siempre puede sobrepasar el comportamiento cazador y él trata a los gatitos exactamente del mismo modo como trataría una presa pequeña. Sus instintos están confusos.[18]

CANIBALISMO ANIMAL

A respecto del canibalismo animal la revista Iran Nature and Wildlife Magazine comenta:

[Un] caníbal es un animal que se alimenta de otros de su propia especie. Alrededor de 140 diferentes especies muestran tendencias caníbales bajo varias condiciones. El canibalismo es más común entre vertebrados inferiores e invertebrados, a menudo debido a que el animal depredador toma erradamente a uno de sus propios por presa. Pero también ocurre entre pájaros y mamíferos, especialmente cuando la comida es escasa.[19]

COMPORTAMIENTO ANIMAL “HOMOSEXUAL”

Exactamente porque los animales carecen de razón, sus medios de expresar sus estados afectivos (temor, placer, dolor, deseo, etc.) son limitados. Los animales carecen de los ricos recursos de que el hombre dispone de adaptar su modo de hablar, mirar y hacer gestos para expresar sentimientos. En consecuencia, los animales a menudo expresan ambiguamente sus estados afectivos. Ellos piden prestados, por así decir, las manifestaciones del instinto de reproducción para manifestar los instintos de dominio, agresividad, temor, gregarismo, etc.

Un ejemplo típico de este fenómeno puede ser visto con bonobos. Estos mamíferos de la familia de los chimpancés tienen un comportamiento sexual similar. Estas actitudes sexuales son su manera de expresar dominio, temor, aceptación y otros estados afectivos. Así, Frans B. M. de Waal, que gastó cientos de horas observando y filmando bonobos, dice:

         Hay dos razones para creer que la actividad sexual [comportamiento] es la respuesta del bonobo para evitar conflicto. Primero, cualquier cosa, no solamente el alimento, que despierta el interés de más de un bonobo a la vez tiende a resultar en contacto sexual. Si dos bonobos se aproximan a una caja de cartón lanzada dentro de su jaula, ellos rápidamente montarán encima del otro antes de jugar con la caja. Tales situaciones conducen a riñas en la mayoría de las otras especies. Pero los bonobos son bastante tolerantes, quizá porque ellos usan el sexo para distraer la atención y diluir la tensión.

Segundo, el sexo de los bonobos a menudo se realiza en contextos agresivos, sin relación alguna con la comida. Un macho celoso podría expulsar a otro lejos de la hembra, después de lo cual los dos machos se reúnen y frotan sus genitales. O después de que una hembra golpea a una cría, la madre de esta última puede embestir a la agresora, una acción que es inmediatamente seguida por frotamiento de genitales entre las dos adultas.[20]

Otra explicación para el comportamiento “homosexual” aparente entre animales es la confusión al identificar el otro sexo. Mientras más bajas sean las especies en la escala animal, más tenues y difíciles de detectar son las diferencias entre sexos, llevando a una confusión más frecuente.

En todo caso, permanece el hecho de que, cualesquiera sean las apariencias “homosexuales” que el comportamiento animal pueda asumir, ellas no vienen de un instinto “homosexual” que sea parte de la naturaleza animal. El Dr. Antonio Pardo, Profesor de Bioética en la Universidad de Navarra, España, explica:

      Hablando en términos precisos, la homosexualidad no existe entre animales. Por razones de supervivencia, el instinto reproductivo entre animales es siempre dirigido hacia un individuo del sexo opuesto. Por tanto, un animal nunca puede ser homosexual como tal. Sin embargo, la interacción de otros instintos (particularmente el dominio) puede resultar en comportamiento que parezca ser homosexual. Tal comportamiento no puede ser considerado equivalente a una homosexualidad animal. Todo lo que significa es que el comportamiento sexual animal abarca aspectos más allá de la reproducción.[21]

En conclusión, la homosexualidad es no sólo contraria a la naturaleza racional del hombre, mas aun a la naturaleza animal.


NOTAS:

[1]Simon LeVay, “A Difference in Hypothalamic Structure Between Heterosexual and Homosexual Men,” 253 Science, 1034 (1991). J. Michael Bailey and Richard C. Pillard, “A Genetic Study of Male Sexual Orientation,” 48 Archives of General Psychiatry, 1089 (1991). Dean H. Hamer et al., “A Linkage Between DNA Markers on the X Chromosome and Male Sexual Orientation” in The Science of Desire (New York: Simon & Schuster, 1995), Apéndice A.

[2] Homosexuality and Hope (Catholic Medical Association, 2000) p. 2. (Las notas son omitidas.) Ver también Gerard J.M. van den Aardweg, p. 25.

[3] Simon LeVay, The Sexual Brain (Cambridge, Mass.: The MIT Press, 1993), p. xii.

[4] Ibid., p. 122.

[5] Dr. A. Dean Byrd and Stony Olsen, “Homosexuality: Innate and Immutable?” Regent University Law Review, Vol. 14, pp. 516-517. (Original footnotes omitted.)

[6] Ibid., p. 523.

[7]Hamer and Copeland, p. 104.

[8]George Rice, et al., “Male Homosexuality: Absence of Linkage to Microsatellite Markers at Xq28,” Science, Vol. 284, p. 667.

[9] Neil and Briar Whitehead, My Genes Made Me Do It! A Scientific Look at Sexual Orientation (Lafayette, La.: Huntington House Publishers, 1999), p. 9.

[10] Testimonios personales de ex-homosexuales pueden encontrarse en: www.narth.com/menus/interviews.html y http://couragerc.net/MemberTestimonies.html.

Para ejemplos sobre la animosidad los pro-homosexuales contra las terapias exitosas, ver: Dr. Gregory Herek, www.psychology.ucdavis.edu/rainbow/html/facts_changing.html, DignityUSA at www.dignityusa.org/news/981008exgay.html, GLAAD, www.glaad.org/media/archive_detail.php?id=133.

[11]Homosexuality and Hope, p. 6.

[12] Ibid.

[13] “Prominent Psychiatrist Announces New Study Results: Some Gays Can Change,” www.narth.com/docs/spitzer2.html.

[14] Warren Throckmorton, “Initial Empirical and Clinical Findings Concerning the Change Process of Ex-Gays,” Professional Psychology: Research and Practice, 2002, Vol. 3, p. 246.

[15] Homosexuality and Hope, p. 7.

[16] Cf. Sarah Hartwell, “Cats that kill kittens,” www.messybeast.com/kill_kit.htm. Also, “Cannibalism in Animals,” www.hamshahri.org/musiems/daarabad/inwm/no.8/english/wnw/wnw01.html.

[17] “Es un error frecuente el comparar los comportamientos humanos y animales, como si tuviéramos la misma naturaleza. Vemos, por ejemplo, actos de inenarrable ferocidad entre animales, como la muerte de las crías, de los individuos más débiles, y las parejas después de aparearse. Esto no significa que los hombres deban ajustar sus vidas a los patrones seguidos por los seres irracionales, no dotados de una conciencia individual. Las leyes que rigen el comportamiento humano son de una naturaleza diferente y deben ser buscadas donde Dios las inscribió, es decir, en la naturaleza humana”. (Bruto Maria Bruti, Domande e risposte sul problema dellomosessualità, www.paginecattoliche.it/domande­_omosessualita.htm).

[18] Sarah Hartwell, “Cats that kill kittens.” (Destaques nuestros)

[19] “Cannibalism in Animals.” (Destaques nuestros.)

[20]Frans B. M. de Waal, “Bonobo Sex and Society,” Scientific American, Mar. 1995, pp. 82-88, www.songweaver.com/info/bonobos.html. (Our emphasis.)

[21] Antonio Pardo, “Aspectos médicos de la homosexualidad,” Nuestro Tiempo, Jul./Aug. 1995, pp. 82-89.

No hay comentarios: