El
nacionalsocialismo marcó toda una época, creó un estilo nuevo y vital en todos
los ámbitos de la vida del hombre y en su relación con el entorno. Sus
fortísimos símbolos llenaron las almas de millones, dentro y fuera de Alemania.
Sin embargo, a partir de 1945, hace más de medio siglo, la visión que los
hombres y los pueblos tienen del nacionalsocialismo corresponde exactamente a
la prolongación de la vil propaganda del enemigo.
La
propaganda de guerra se ha mantenido, se ha exacerbado, desde 1945 hasta la
fecha, siguiendo y persiguiendo a los jóvenes de entonces, ancianos hoy, que no
se doblegaron ante la tortura y la proscripción. Si la propaganda del enemigo
del nacionalsocialismo se mantiene hasta hoy, cada vez más virulenta, es,
indubitablemente, porque la guerra no ha terminado.
Lo
que el enemigo oculta, destruyendo los documentos, persiguiendo a los
sobrevivientes, silenciando a los investigadores honestos e incorruptibles.
Recientemente
la prensa internacional ha tenido mucha
actividad denunciando a grupos "neonazis", integrado por personas que
no tienen idea lo que fue el nacionalsocialismo y que declaran ser
"seguidoras" de Hitler, identificando ese "seguimiento" con
sus propios impulsos cobardes y sus inclinaciones hacia una violencia idiota.
Estos
"neonazis" adhieren a una ideología inventada por los enemigos del
nacionalsocialismo, carentes absolutamente de las ideas y los valores del
nacionalsocialismo. No me cabe duda que estos "neonazis" jamás
hubieran podido ingresar en la menos exigente de las organizaciones del NSDAP,
si esa hipotética iniciativa se pudiera realizar.
Más
que hipotética, esa iniciativa hubiese sido imposible, pues esos
"neonazis" JAMÁS hubiesen adherido al nacionalsocialismo, si lo
hubiesen conocido en realidad, y no a través de la grotesca caricatura que sus
enemigos han impuesto a través de los medios de control mental.
Los
"neonazis" son producto del Sistema. Son la mala copia de
"American X". Sirven a los fines de los amos del mundo.
Y
para que nadie se confunda, declaramos aquí que nuestras palabras no pretenden
"humanizar" el nacionalsocialismo. Esta es una visión del mundo dura
y pura, no hay cabida para la hipocresía ni la diplomacia. No se rehúye la
fuerza ni el uso de la fuerza, pero está totalmente vedado el deshonor.
Adolf
Hitler declaró ante 60.000 jóvenes alemanes, en septiembre de 1935, durante el
Congreso del Partido en Nürnberg: "Ustedes,
jóvenes, deben amar la paz. Deben amar la paz, y además deben ser
valientes".
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