La relación anal no es natural (dejando de lado para este punto el placer
que brinde)
3. El ano es una estructura que no está fisiológicamente preparada para la
relación sexual, por tanto, existen una serie de problemas que se presentan
durante la penetración anal que son los siguientes:
§
En el recto
no ocurren las modificaciones de tamaño (alargamiento y ensanchamiento) que
ocurren en la vagina durante la fase de excitación.
§
La mucosa
rectal no se lubrica, como lo hace la vagina, aunque, en algunos casos, puede
haber aumento de la secreción mucosa normal del ano.
La mucosa rectal no tiene la misma resistencia que
tiene la mucosa vaginal al roce y, por esta razón, esta práctica sexual puede
favorecer la penetración de gérmenes patógenos.
Debido a esto, las relaciones anales pueden ser muy traumáticas, a menos
que haya una preparación adecuada, que simule los cambios fisiológicos de la
vagina, es decir, dilatación y lubricación. Alrededor del canal anal existen
dos esfínteres.
La primera respuesta del ano a la penetración, es un espasmo que ocurre
producto de la estimulación y es como “un rechazo a la penetración”.
5. Se argumenta también que si casa “causa placer hay que hacerlo, pero no
tiene en cuenta que los violadores siente placer, los pedófilos también, aun
los asesinos en serie al torturar y matar pero esto no justifica sus hechos.
Creo que no cabe duda que no me creo que la homosexualidad sea algo natural
sino una perversión sexual al igual que la pedofilia, la zoofilia, o las prácticas
de un violador.
No tiene que ver con cuestiones religiosas sino de conciencia. Sabemos que
la homosexualidad no es una enfermedad sino una decisión.
Si existe libertad para decidir la orientación
sexual, creo que también existe para expresar rechazo o desacuerdo y el deseo
de tener una sociedad sana. No creo para nada justo tampoco que sea en las
escuelas donde se eduque a los hijos acerca de la sexualidad incluyendo, la
homosexualidad, ya que es responsabilidad de los padres. Después que cada uno
quiera elegir esa orientación, es otro tema
Un tema que lo han utilizado y que les distorsionaron la realidad para la implantación
de este tipo de leyes.
En su esfuerzo por dar a la homosexualidad todas las apariencias de
normalidad, el movimiento homosexual se ha vuelto hacia la ciencia, intentando
probar tres premisas mayores:
La homosexualidad es genética o innata;
La homosexualidad es irreversible; una vez que hay animales que tienen vida
sexual con otros del mismo sexo, esto es natural.
Los medios de izquierda han estado demasiado dispuestos a anticipar el
veredicto de la comunidad científica y difundir la falsa impresión de que la
ciencia valida la homosexualidad. La evidencia no podía ser más contraria.
“¡YO NACÍ DE ESA FORMA!”
El argumento de que los homosexuales “nacieron de esa forma” o de que “está
en los genes” condujo a la búsqueda del gen homosexual. Tres proyectos de
investigación han sido comúnmente mal interpretados para apoyar esa conclusión,
en especial las del Dr. Simon LeVay, Drs. J. Michael Bailey y Richard C.
Pillard, y Dr. Dean Hamer.[1]
LA ASOCIACIÓN MÉDICA NORTEAMERICANA
RESUME LOS HECHOS EN HOMOSEXUALIDAD Y ESPERANZA:
Varios investigadores han tratado de encontrar una
causa biológica para la atracción entre seres del mismo sexo. Los medios de
comunicación han promovido la idea de que un “gen gay” ya ha sido descubierto
pero, a pesar de varios intentos, ninguno de los muy publicitados estudios ha
sido científicamente demostrado. Varios autores han revisado cuidadosamente
estos estudios y encontrado que, no sólo éstos no prueban la base genética para
la atracción por el mismo sexo, sino que ni siquiera contienen tales declaraciones
Si la atracción por el mismo sexo estuviese genéticamente determinada,
entonces uno esperaría que gemelos idénticos sean idénticos en sus atracciones
sexuales. Hay, sin embargo, numerosos informes de gemelos idénticos que no son
idénticos en sus atracciones sexuales.[2]
EL ESTUDIO DEL DR. SIMON LEVAY
La investigación del Dr. LeVay sobre el cerebro
enfocó una agrupación de células en el hipotálamo conocidas como INAH-3. Él
alegó haber encontrado “sutiles, pero significativas diferencias” entre las
estructuras cerebrales de hombres homosexuales y normales. Concluyó el resumen
de su estudio diciendo: “Este encuentro sugiere que la orientación sexual tiene
un substrato biológico.”[3]
Fue tanta y tan descabellada la especulación que siguió a la publicación de
su estudio en Science Magazine que el Dr. LeVay se sintió impelido a
enmendarlo. En 1993, escribió:
Para muchas personas, encontrar una diferencia en la estructura cerebral
entre hombres homosexuales y normales equivale a probar que los homosexuales
son “nacidos de esa forma”. Una y otra vez he sido definido como alguien que
“probó que la homosexualidad es genética,” o algo como eso. No lo hice. Mis
observaciones fueron hechas sólo en adultos que fueron sexualmente activos por
un período considerable de tiempo. No es posible, sólo con base en mis
observaciones, decir si las diferencias estructurales estaban presentes al
nacer, y más tarde influenciaron a los hombres a hacerse homosexuales o
normales; o si surgieron en la vida adulta, quizá como resultado de su conducta
sexual.[4]
La insistencia del Dr. LeVay en observaciones más amplias es el punto
capital de todo el problema. Explicando la investigación hecha por un profesor
de neurología en la Universidad de California en Berkeley, Dr. A. Dean Byrd
dice:
El Profesor Breedlove concluyó que el cerebro no es un órgano estático.
Cambia y se ajusta al comportamiento, y, en el caso de este estudio,
específicamente a la conducta sexual.
Así, cuando alguien realiza un acto
particular repetidamente, ciertos circuitos nerviosos en el cerebro son
fortalecidos. Como el cerebro es un órgano físico, cuando estos circuitos
nerviosos son fortalecidos, se reflejan en la química del cerebro. Alguien que
repetidamente juega basketball tendrá un cerebro diferente de alguien que
estudia ciencia de cohetes. Asimismo, el comportamiento de una persona
homosexual produce probablemente una estructura cerebral diferente. Estudios
como el de LeVay, aunque sean concluyentes, sólo muestran lo que la ciencia ya
sabe sobre el cerebro.[5]
EL ESTUDIO DE BAILEY Y PILLARD
El Estudio de Bailey y Pillard se centró en
gemelos. Como el estudio de la Asociación Médica Católica señala, si la
homosexualidad es genética, gemelos idénticos, que comparten el mismo código
genético, deberían tener actitudes idénticas hacia la homosexualidad.
Sin embargo, los Drs. Bailey y Pillard no pudieron establecer esto. Su
estudio probó que, cuando un mellizo era homosexual, había aproximadamente una
probabilidad 50/50 de que el otro mellizo fuese también homosexual. No
obstante, esta probabilidad 50/50 es más bien atribuible a la influencia de la
cultura circundante y a la del otro mellizo.
Como el Dr. Byrd señala: “El único punto esencial que emerge de la
investigación de Bailey y Pillard realmente probó que las influencias
ambientales juegan un fuerte papel en el desarrollo de la homosexualidad.”[6]
EL ESTUDIO DE DR. DEAN H. HAMER
Mucha gente equivocadamente cree que Dr. Dean H.
Hamer descubrió el “gen gay”. Su investigación de DNA enfocó un pequeño trecho
del cromosoma X en la posición Xq28. Después de analizar esta secuencia DNA en
cuarenta pares de hermanos homosexuales, concluyó que los mismos marcadores
genéticos existían en el 83% de ellos.
Sus hallazgos fueron mal interpretados como prueba que la homosexualidad es
genética y hereditaria. Sin embargo, como el mismo Dr. Hamer afirmó:
El linaje no produjo lo que originalmente esperábamos encontrar: simple
herencia Mendeliana. De hecho, nunca encontramos una sola familia en la cual la
homosexualidad estuviese distribuida en el obvio modelo que Mendel observó en
sus plantas de guisantes.[7]
El Dr. George Rice repitió la investigación del Dr. Hamer, pero con
diferentes resultados. Esto llevó al Dr. Rice a concluir: “Nuestros datos no
apoyan la presencia de un gen de amplio efecto que influencie la orientación
sexual en la posición Xq28.”[8]
Neil Whitehead, un Ph.D. en bioquímica, afirmó: “la homosexualidad no es
innata, no está dictada genéticamente, no es inmutable.”[9]
“¡YO NO PUEDO CAMBIAR!”
Nada es más devastador para la agenda homosexual
que la afirmación de que la homosexualidad puede ser curada. En realidad, si la
homosexualidad es genética, dominante e irreversible, entonces nadie es
responsable por actos de desvío sexual, una vez que no puede ser resistida o
cambiada cuando se lo desea.
El hecho innegable, sin embargo, es que, actuando sobre el comportamiento
homosexual pasado, la terapia psicológica probó ser exitosa en disminuir, y en
muchos casos aun en eliminar, la atracción indeseada por el mismo sexo. Esto
desconcierta a los activistas homosexuales radicales.[10]
Por esta razón, el movimiento homosexual ostenta una marcada aversión hacia
aquellos que sugerirían que la homosexualidad puede ser revertida o curada. Por
ejemplo, el Dr. C. C. Tripp declaró en un debate público: “No hay una sola
instancia registrada de un cambio en orientación homosexual que haya sido
validada por jueces externos o probada.”[11]
BASADO EN SU EXPERIENCIA
PROFESIONAL, EL DR. LAWRENCE HATTERER RESPONDIÓ:
Yo he “curado” a muchos homosexuales. Cualquier
otro investigador puede examinar mi trabajo porque está todo documentado en 10
años de cintas magnéticas. Muchos de estos pacientes “curados” (prefiero usar
la palabra “cambiados”) se han casado, tenido familias y vivido felices. Es un
mito destructivo que “una vez que se es homosexual, siempre lo será.”[12]
Enfrentado con la evidencia, aun el Dr. Robert L. Spitzer, que dirigió la
campaña en la Asociación Psiquiátrica Norteamericana para dejar de publicar la
inclusión de la homosexualidad en la lista de desórdenes psiquiátricos, cambió
de opinión:
“Como la mayoría de los psiquiatras, yo pensaba que el
comportamiento homosexual no podía ser resistido, pues la orientación sexual no
podía ser cambiada. Ahora creo que eso es falso -algunas personas pueden hacer
y hacen el cambio.”[13]
En 2001, en un estudio sobre 200 ex-homosexuales, el Dr. Spitzer encontró
que la religión era una razón muy importante por la que muchos abandonaron la
homosexualidad: “Las dos razones más comunes para buscar el cambio eran que
vivir como un homosexual o lesbiana ya no era satisfactorio (81%) y que el
comportamiento homosexual estaba reñido con la religión del participante
(79%).”[14]
Los resultados significativamente positivos de la terapia simplemente no
pueden ser ignorados. La declaración Homosexualidad y Esperanza, de la
Asociación Médica Católica observa:
Varios terapeutas han escrito ampliamente sobre los resultados positivos de
la terapia de la atracción homosexual. Revistas de tratamiento para las
atracciones no deseadas hacia el mismo sexo muestran que es tan exitoso como el
tratamiento para problemas psicológicos similares: alrededor del 30% se libera
de los síntomas y otro 30% experimenta una mejoría.
Relatos de terapeutas individuales han sido igualmente positivos. Esto es
sólo una muestra representativa de los terapeutas que relatan resultados
exitosos en el tratamiento de personas que experimentan atracción hacia el
mismo sexo.[15]
Si la terapia para la atracción no deseada por el mismo sexo registra una
tasa de éxito del 30% (y otro 30% son parcialmente curados) en la sociedad
hedonista de hoy, ¿cuán mayor éxito podría esperarse en una cultura
verdaderamente católica que proporcione todos los elementos para la práctica de
la virtud?
“SI ANIMALES LO HACEN, ENTONCES DEBE
SER NATURAL”
Enterados de la debilidad científica de sus dos
primeras premisas, los activistas homosexuales a menudo usan la tercera premisa
basada, en el comportamiento animal.
El raciocinio que existe detrás de esta tercera
premisa científica homosexual podría ser formulado así: “El comportamiento
homosexual se observa en animales. Los animales siguen sus instintos de acuerdo
con su naturaleza. Por tanto, la homosexualidad está de acuerdo con la
naturaleza animal. Una vez que el hombre es también animal, entonces la
homosexualidad debe también estar de acuerdo con la naturaleza humana.”
¿EL INFANTICIDIO Y EL CANIBALISMO
SON PARTE DE LA NATURALEZA HUMANA?
Esta línea de razonamiento homosexual es
insostenible. Aquellos que observan los actos aparentemente homosexuales entre
animales deben aceptar también que otras formas de comportamiento animal tales
como que los padres maten a sus descendientes, o que algunas especies se
devoren entre sí, están también de acuerdo con la naturaleza animal.[16]
Aplicando este raciocinio al hombre (porque también es animal) forzaría a
aceptar la conclusión absurda de que el infanticidio y el canibalismo están de
acuerdo con la naturaleza humana.[17]
NO EXISTE EN LOS ANIMALES UN
“INSTINTO HOMOSEXUAL”
Cualquiera que se ocupe de la más elemental
observación animal es forzado a concluir que la “homosexualidad” animal, el
infanticidio y el canibalismo son excepciones del comportamiento normal animal.
En consecuencia, no se puede hablar de ellos como instintos en la naturaleza
animal. Estas formas observables y excepcionales de comportamiento animal
resultan de otros factores más allá de los instintos normales.
EXPLICANDO EL PROBLEMA: ESTÍMULOS
QUE SE CHOCAN E INSTINTOS CONFUSOS
Explicando el problema de estos comportamientos,
la primera observación que debe ser hecha es que los instintos animales no
están atados por el determinismo absoluto de la leyes físicas que gobiernan el
mundo mineral. En varios grados, todos los seres vivos pueden adaptarse en algo
a las circunstancias. Ellos responden a estímulos internos o externos.
En segundo lugar, la cognición animal es puramente sensorial, limitada a
los sonidos, a los olores, al tacto, al gusto y a las imágenes. Así, ellos no
tienen la precisión y claridad de la percepción intelectual humana. Por tanto,
no es infrecuente que animales confundan una sensación con otra o un objeto con
otro.
Los instintos mueven al animal hacia un fin de
acuerdo con su naturaleza. Sin embargo, la confianza espontánea del impulso
instintivo puede sufrir modificaciones en su curso, como otras imágenes
sensoriales, percepciones o la memoria pueden entrar en juego, como nuevos
estímulos que afectan el comportamiento del animal. También, el conflicto de
dos o más instintos puede a veces modificar el impulso original.
En el hombre, cuando dos reacciones instintivas se chocan, el intelecto
determina el mejor curso a seguir, y la voluntad entonces refrena un instinto
mientras estimula el otro.
En los animales, dada la ausencia de intelecto y voluntad, cuando dos
impulsos instintivos se chocan, prevalece aquel más favorecido por las
circunstancias. Esto resulta en casos observables de filicidio animal,
canibalismo y “homosexualidad.”
FILICIDIO ANIMAL
Sarah Hartwell explica que las gatas matan a sus crías porque reciben
señales mezcladas de sus instintos:
La mayoría de las gatas pueden conmutar entre el
“modo jugar” y el “modo cazar” para no dañar a sus crías. En los gatos este
desconectar el “modo cazar” puede ser incompleto y, cuando ellas se agitan
mucho en el juego, el instinto “cazador” es forzado y ellas pueden matar a los
gatitos. El instinto cazador es tan fuerte, y es tan duro desactivarlo cuando
la presa está presente, que el descuartizar y aun el comer los gatitos pueden
seguirse. Compare el tamaño, sonido y actividad de gatitos con el tamaño,
sonido y actividad de la presa. Ambos son pequeños, tienen voces chillonas y
tienen movimientos rápidos y erráticos. Todo esto dispara el comportamiento
cazador. En el gato, el comportamiento maternal no siempre puede sobrepasar el
comportamiento cazador y él trata a los gatitos exactamente del mismo modo como
trataría una presa pequeña. Sus instintos están confusos.[18]
CANIBALISMO ANIMAL
A respecto del canibalismo animal la revista Iran Nature and Wildlife
Magazine comenta:
[Un] caníbal es un animal que se alimenta de otros
de su propia especie. Alrededor de 140 diferentes especies muestran tendencias
caníbales bajo varias condiciones. El canibalismo es más común entre
vertebrados inferiores e invertebrados, a menudo debido a que el animal
depredador toma erradamente a uno de sus propios por presa. Pero también ocurre
entre pájaros y mamíferos, especialmente cuando la comida es escasa.[19]
COMPORTAMIENTO ANIMAL “HOMOSEXUAL”
Exactamente porque los animales carecen de razón,
sus medios de expresar sus estados afectivos (temor, placer, dolor, deseo,
etc.) son limitados. Los animales carecen de los ricos recursos de que el
hombre dispone de adaptar su modo de hablar, mirar y hacer gestos para expresar
sentimientos. En consecuencia, los animales a menudo expresan ambiguamente sus
estados afectivos. Ellos piden prestados, por así decir, las manifestaciones
del instinto de reproducción para manifestar los instintos de dominio,
agresividad, temor, gregarismo, etc.
Un ejemplo típico de este fenómeno puede ser visto con bonobos. Estos
mamíferos de la familia de los chimpancés tienen un comportamiento sexual
similar. Estas actitudes sexuales son su manera de expresar dominio, temor,
aceptación y otros estados afectivos. Así, Frans B. M. de Waal, que gastó
cientos de horas observando y filmando bonobos, dice:
Hay dos razones para creer que la actividad sexual [comportamiento] es la
respuesta del bonobo para evitar conflicto. Primero, cualquier cosa, no
solamente el alimento, que despierta el interés de más de un bonobo a la vez
tiende a resultar en contacto sexual. Si dos bonobos se aproximan a una caja de
cartón lanzada dentro de su jaula, ellos rápidamente montarán encima del otro
antes de jugar con la caja. Tales situaciones conducen a riñas en la mayoría de
las otras especies. Pero los bonobos son bastante tolerantes, quizá porque
ellos usan el sexo para distraer la atención y diluir la tensión.
Segundo, el sexo de los bonobos a menudo se realiza en contextos agresivos,
sin relación alguna con la comida. Un macho celoso podría expulsar a otro lejos
de la hembra, después de lo cual los dos machos se reúnen y frotan sus
genitales. O después de que una hembra golpea a una cría, la madre de esta
última puede embestir a la agresora, una acción que es inmediatamente seguida
por frotamiento de genitales entre las dos adultas.[20]
Otra explicación para el comportamiento “homosexual” aparente entre
animales es la confusión al identificar el otro sexo. Mientras más bajas sean
las especies en la escala animal, más tenues y difíciles de detectar son las
diferencias entre sexos, llevando a una confusión más frecuente.
En todo caso, permanece el hecho de que, cualesquiera sean las apariencias
“homosexuales” que el comportamiento animal pueda asumir, ellas no vienen de un
instinto “homosexual” que sea parte de la naturaleza animal. El Dr. Antonio
Pardo, Profesor de Bioética en la Universidad de Navarra, España, explica:
Hablando en términos precisos, la homosexualidad no existe entre animales.
Por razones de supervivencia, el instinto reproductivo entre animales es
siempre dirigido hacia un individuo del sexo opuesto. Por tanto, un animal
nunca puede ser homosexual como tal. Sin embargo, la interacción de otros
instintos (particularmente el dominio) puede resultar en comportamiento que
parezca ser homosexual. Tal comportamiento no puede ser considerado equivalente
a una homosexualidad animal. Todo lo que significa es que el comportamiento
sexual animal abarca aspectos más allá de la reproducción.[21]
En conclusión, la homosexualidad es no sólo contraria a la naturaleza
racional del hombre, mas aun a la naturaleza animal.
NOTAS:
[1]Simon LeVay,
“A Difference in Hypothalamic Structure Between Heterosexual and Homosexual
Men,” 253 Science, 1034 (1991). J. Michael Bailey and Richard C. Pillard, “A
Genetic Study of Male Sexual Orientation,” 48 Archives of General Psychiatry,
1089 (1991). Dean H. Hamer et al., “A Linkage Between DNA Markers on the X
Chromosome and Male Sexual Orientation” in The Science of Desire (New York:
Simon & Schuster, 1995), Apéndice A.
[2]
Homosexuality and Hope (Catholic Medical Association, 2000) p. 2. (Las notas son omitidas.) Ver también Gerard J.M.
van den Aardweg, p. 25.
[3] Simon LeVay,
The Sexual Brain (Cambridge, Mass.: The MIT Press, 1993), p. xii.
[4] Ibid., p.
122.
[5] Dr. A. Dean
Byrd and Stony Olsen, “Homosexuality: Innate and Immutable?” Regent University
Law Review, Vol. 14, pp. 516-517. (Original footnotes omitted.)
[6] Ibid., p.
523.
[7]Hamer and
Copeland, p. 104.
[8]George Rice,
et al., “Male Homosexuality: Absence of Linkage to Microsatellite Markers at
Xq28,” Science, Vol. 284, p. 667.
[9] Neil and
Briar Whitehead, My Genes Made Me Do It! A Scientific Look at Sexual
Orientation (Lafayette, La.: Huntington House Publishers, 1999), p. 9.
[10] Testimonios personales de ex-homosexuales pueden encontrarse en:
www.narth.com/menus/interviews.html y
http://couragerc.net/MemberTestimonies.html.
Para ejemplos sobre la animosidad los pro-homosexuales contra las terapias
exitosas, ver: Dr. Gregory Herek,
www.psychology.ucdavis.edu/rainbow/html/facts_changing.html, DignityUSA at
www.dignityusa.org/news/981008exgay.html, GLAAD,
www.glaad.org/media/archive_detail.php?id=133.
[11]Homosexuality
and Hope, p. 6.
[12] Ibid.
[13] “Prominent
Psychiatrist Announces New Study Results: Some Gays Can Change,”
www.narth.com/docs/spitzer2.html.
[14] Warren
Throckmorton, “Initial Empirical and Clinical Findings Concerning the Change
Process of Ex-Gays,” Professional Psychology: Research and Practice, 2002, Vol.
3, p. 246.
[15]
Homosexuality and Hope, p. 7.
[16] Cf. Sarah
Hartwell, “Cats that kill kittens,” www.messybeast.com/kill_kit.htm. Also,
“Cannibalism in Animals,” www.hamshahri.org/musiems/daarabad/inwm/no.8/english/wnw/wnw01.html.
[17] “Es un error frecuente el comparar los comportamientos humanos y
animales, como si tuviéramos la misma naturaleza. Vemos, por ejemplo, actos de
inenarrable ferocidad entre animales, como la muerte de las crías, de los
individuos más débiles, y las parejas después de aparearse. Esto no significa
que los hombres deban ajustar sus vidas a los patrones seguidos por los seres
irracionales, no dotados de una conciencia individual. Las leyes que rigen el
comportamiento humano son de una naturaleza diferente y deben ser buscadas
donde Dios las inscribió, es decir, en la naturaleza humana”. (Bruto Maria
Bruti, Domande e risposte sul problema dellomosessualità,
www.paginecattoliche.it/domande_omosessualita.htm).
[18] Sarah
Hartwell, “Cats that kill kittens.” (Destaques
nuestros)
[19] “Cannibalism in Animals.” (Destaques
nuestros.)
[20]Frans B. M.
de Waal, “Bonobo Sex and Society,” Scientific American, Mar. 1995, pp. 82-88,
www.songweaver.com/info/bonobos.html. (Our emphasis.)
[21] Antonio Pardo, “Aspectos médicos de la homosexualidad,” Nuestro
Tiempo, Jul./Aug. 1995, pp. 82-89.