domingo, 29 de septiembre de 2013

-HISPANOAMERICA, LATINOAMERICA O IBEROMARICA, ERRATAS Y OTROS "ROEDORES"


Hoy, trataremos de dar respuesta, de una forma general, a algunas de las cuestiones o dudas que se le plantean a multitud de escritores y lectores en el ejercicio de la lectura y de la escritura. Para ejemplificar algunos casos, nos serviremos de esos errores que a menudo concurren en diversas fuentes como prensa, revistas, manuales, artículos de opinión, publicidad o textos de escritores.


¿HISPANOAMERICANO,  LATINOAMERICANO  O  IBEROAMERICANO?


Son muchas las personas que dudan a la hora de emplear estos gentilicios y algunas más las que creen que estas distintas voces no son más que sinónimos que aluden a una misma idea. Sin embargo, la realidad es bien distinta, y conocer sus distintos matices nos ayudará a hablar con más propiedad y seguridad.

El adjetivo ‘
hispanoamericano’ se aplica a países americanos en los que se habla español y a las personas originarias de esos países. Por ejemplo, Chile sería un país hispanoamericano, pero no podemos decir lo mismo de Brasil, cuya lengua oficial es el portugués, o de Suriname, cuya lengua oficial es el neerlandés.

Iberoamericano, por su parte, designa el conjunto de países americanos en los que se habla alguna de las dos lenguas de la península ibérica (es decir, español o portugués) y las personas originarias de esos países. En este caso, Brasil y Argentina, por ejemplo, serían países iberoamericanos.


Con respecto al vocablo ‘
latinoamericano’, podemos decir que éste alude a los países americanos en los que se habla una lengua de origen latino (a saber: español, portugués o francés) y a las personas de esos países. Por lo tanto, lo podemos usar para referirnos a Colombia, Guyana Francesa y Brasil, por ejemplo. Pero no podría ser empleado para el caso de países como Belice o Jamaica.

Por último, también podemos mencionar brevemente los términos panhispánico y panamericano. El primero remite a todos los pueblos que hablan la lengua española, mientras que el segundo alude a la totalidad de los países americanos


     No poca confusión, uso incorrecto o escasamente apropiado ha suscitado el empleo de Latinoamérica, Hispanoamérica e Iberoamérica por parte de políticos, dirigentes, intelectuales y la sociedad en general, como sinónimo para nombrar un área de influencia o ámbito geográfico del nuevo continente.

Los conflictos geo-estratégicos, la pugna entre países europeos por figurar en escenarios coloniales emergentes, de indudable interés comercial y cultural, subyace en el acuñado y fortuna de la expresión «América Latina» y su derivada «Latinoamérica», concebida como un arma lingüística para socavar la huella española.
El término «América Latina» se usa por primera vez, a mediados del siglo XIX, en la Francia de Napoleón III como «una operación del imperialismo cultural francés ante la evidente decadencia española y la desmembración de su imperio, luego de la independencia de la mayoría de los países hispanoamericanos del primer tercio de siglo».
Quien así se expresa es el lingüista, humanista y ya fallecido profesor universitario Santiago de los Mozos (1922-2001), a través de una de las numerosas conversaciones transcritas por el escritor Agustín García Simón en el último libro de éste, titulado «Retrato de un hombre libre» (Renacimiento), que presenta hoy en Valladolid.

«Pero como aquí somos los primeros que jaleamos con saña nuestras propias miserias y denostamos sin piedad nuestra historia y nuestra cultura -eso sí, sin conocerlas-, no es de extrañar que la andanada francesa saliera adelante en el siglo pasado y en éste», añade el viejo profesor, autor en 1984 del estudio «La norma castellana del español».

UNA ANDANADA FRANCESA


La nueva denominación («América Latina») pretendía, «y al final lo consiguió», arrinconar el concepto de Hispanoamérica con la excusa de «una mayor precisión» en la denominación de aquellos países americanos que, fuera del ámbito anglosajón, hablaban lenguas romances, entre ellas el francés a pesar de que este idioma era allí insignificante en comparación con el español y el portugués.
El filólogo Santiago de los Mozos reflexionó así en una de las numerosas conversaciones, charlas de café que compartió en Valladolid con García Simón -editor y desde 1986 jefe de la unidad de publicaciones de la Junta de Castilla y León- desde mediados de los ochenta hasta 2000, ahora glosadas y anotadas en «Retrato de don Santiago. Memoria de un hombre libre».
La consagración definitiva y posterior hegemonía del término «América Latina» «coincide con los movimientos de liberación marxistas e indigenistas de mediados de siglo (XX), dentro del proceso mundial de descolonización de los países del llamado Tercer Mundo», añadió entonces el lingüista, catedrático de las universidades de Granada y de Valladolid.
El profesor, a lo largo de su trayectoria docente y su faceta como conferenciante, tanto en Venezuela (1954-1964) como en España, nunca usó, «muy poco o nada», la palabra «Latinoamérica» o su variante de «América Latina», al parecerle «menos rigurosa histórica y culturalmente» y porque, aparte su patente francesa, no le gustaba «seguir las consignas de nadie».

IBEROAMERICA  «LA MAS PRECISA»


Siempre se decantó por «Hispanoamérica», incluso para referirse al área lusófona de Brasil porque, al menos hasta 1640 -año en que los portugueses se separaron política y administrativamente de sus hermanos peninsulares-, siempre se consideraron españoles.
Como término medio, por otra parte, si se refería a Brasil, también solía apostar por la denominación de «Iberoamérica» como una fórmula todavía«más precisa».
Esos diálogos, según ha dicho a Efe García Simón, «se convirtieron en un ensayo sobre la cultura española y sus demonios, un repaso general a cuestiones candentes y obsesivas» de esa época y de otras, con las reflexiones de quien fue «un sabio de una inteligencia portentosa, un maestro a la antigua, un personaje excepcional que no trascendió por su falta de ambición, y para quien, por encima de todo, la enseñanza era una cosa muy seria».


       Los términos HispanoaméricaIberoaméricaLatinoamérica se emplean como sinónimos en el uso común. Sin embargo, desde el punto de vista político, social, cultural o lingüístico tienen significados distintos, aunque de hecho la distinción entre estas tres formas no está unificada y es motivo de controversia. [1]

Hispanoamérica: es el término más adecuado para referirse a los países de América que solo tienen el español como lengua oficial, según el. Su gentilicio es hispanoamericano, -na.

Latinoamérica: escrita en una sola palabra, denomina al conjunto de países americanos donde se hablan lenguas derivadas del latín: español, portugués y francés. Esta forma es la preferida y de uso tradicional en esos países americanos, para diferenciarse de los países del continente de habla inglesa. Se suele emplear como sinónimo de Hispanoamérica, y convive con la voz América Latina (no es correcta la grafía ×Latino América). Su gentilicio es latinoamericano, -na.

Iberoamérica: se refiere al conjunto de países americanos de lengua española y portuguesa (y en algunos contextos se incluyen también asuntos relativos a España y Portugal). Su gentilicio es iberoamericano, -na.
En esta clasificación, sin embargo, no encajan bien regiones como Québec, que en la práctica no queda comprendida en Latinoamérica pese a ser francófona. Por el contrario, no es raro que Surinam, donde se habla neerlandés, se incluya en Latinoamérica. Por ejemplo, el Pequeño Larousse ilustrado dice en «América Latina»:

FUENTE:

También las versiones inglesa y francesa lo tratan con cierto detalle: 



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