sábado, 26 de junio de 2010

-MANIFESTACION DE LO ANORMAL, EL MUNDO SUCUMBE AL ZOG PARTE 1

Uno de los muchos síntomas definitorios de lo muy enferma que se encuentra esta civilización que conocemos con el término de Occidental es el del aumento vertiginoso del porcentaje de casos de homosexualidad que ella está, por momentos, padeciendo.

De perogrullo (tan sabido y conocido que resulta tonto decirlo) es que ni la divinidad ni la naturaleza crearon al hombre y a la mujer para que se recrearan con los de su mismo sexo, sino para que buscaran su complemento en el sexo opuesto y para hacer de ello la fuente de la procreación y, por tanto, de la existencia misma de la especie.




¿Qué es lo que está motivando que tantos de nuestros congéneres se salgan del cauce por el que discurren las leyes de la naturaleza? ¿Dónde podemos encontrar el porqué de tal proceder antinatural?

El caso de nuestros paises en America, es bien paradigmático: en las últimas décadas se está pasando de casos casi anecdóticos a porcentajes que empiezan a alarmar. Pero, repetimos la cuestión, ¿dónde podemos hallar las causas de tamaña desviación contranatura?

En otras épocas no tan decadentes como la presente, el arquetipo a seguir era el héroe semidios de los mitos, era el caudillo indómito, era el intrépido navegante, era el atrevido explorador, era el valiente conquistador, era el heroico guerrero, era el caballero andante o era el esforzado descubridor. El niño, el adolescente y el joven los hacían suyos como modelos a imitar y reforzaban su ya innata condición viril. Como éstos eran los ejemplos a seguir, aquellos infantes y púberes que por naturaleza podrían tener algo tenues los atributos de la masculinidad, la iban paulatinamente acrecentando, reforzando y consolidando definitivamente.

        Desgraciadamente, hoy en día, en las sociedades demoliberales y plutocráticas en las que vivimos estos arquetipos han sido sustituidos por los antitéticos del especulador enriquecido por el pelotazo bursátil o financiero, del político sin escrúpulos ni principios éticos que a base de todo tipo de corruptelas llega a encaramarse a lo más alto del poder, de la estrella de rock o del actor de cine de gestos y palabras repugnantes y soeces, del personaje de dibujos animados deslenguado y obsceno o del cantante de pop de movimientos y vestimenta afeminados.




       Otros modelos con los que se topa cotidianamente el niño y el adolescente los constituye toda la pléyade de afeminados y/o homosexuales de todo tipo y pelaje que copan multitud de programas televisivos de “entretenimiento”, ya sea en calidad de presentadores, de personal habitual o de invitados. Tal abundancia provocará el efecto de que el pequeño, y el no tan pequeño, consideren, paulatinamente, esta degeneración no como tal sino como una opción tan natural como cualquier otra. Como por ejemplo tener sexo con animales, ¡¡¡¡ahhhh!!!! Tal vez hoy parezca antinatural pero mas adelante quien sabe, pues bien.
Luego a asentar esta perturbada percepción contribuirá también de forma nada desdeñable una adecuada campaña educativa, orquestada y dirigida desde las más altas instancias “educativas” a lo largo de las diferentes etapas del sistema de enseñanza.

Muchos jóvenes, acabarán, en consecuencia, asimilando la idea de que experimentar sexualmente con personas del mismo sexo no tiene nada de anormal...

Ya se encargó Freud, a través del psicoanálisis, en echarle una buena capota pseudocientíficofilosófica al Mundo Moderno al elevar a los altares a todo el inquietante inframundo que habita en el subconsciente humano y al convertirlo en el motor oculto de nuestra vida consciente. Mostrándonos a los impulsos libidinosos como la base de nuestro actuar en estado de vigilia. Justificando la homosexualidad como la afloración de lo que, según el autor judío, fue una etapa más por la que la persona pasó cuando era aún un niño: etapa en la cual, en el caso del varón, le arrastraba a desear sexualmente a su padre y en la que en el caso de la niña le hacía enfocar la satisfacción de su libido hacia su madre. Y dándole pues, Freud, en definitiva, carácter de normalidad a lo que no es más que una desviación degenerativa de lo que es la condición natural no sólo del género humano sino de cualquier ser vivo. Y si hablamos de desviación hablamos de tara; de tara adquirida. 

¡Qué absurdas resultan las celebraciones, año tras año, del “¡¡día del orgullo gay”!! 



¿Orgullo de qué? 
¿De alardear de una tara? 
¿Con qué objeto se realizan esas demostraciones públicas? 
¿Con fines propagandísticos para que aumente el número de tarados?;

       Que quede bien claro que estamos hablando de una desviación adquirida, no genética, puesto que los casos en que la homosexualidad puede constituir una tendencia innata son porcentualmente insignificantes, ridículos y son, y eran, subsanables, como ya hemos señalado párrafos arriba, en una sociedad no enferma en la que los ejemplos a seguir sean, y fueron, otros que se encuentran en las antípodas de los actuales.






-¿Se nos pretende hacer comulgar con ruedas de molino transmitiéndonos la idea de que los homosexuales son gente normal?

-¿Se pretende que nos lo creamos después de contemplar, por ejemplo, lo ´normales´ que son sus manifestaciones?

-¿Después de observar el lamentable, grotesco, carnavalesco, majadero y bochornoso exhibicionismo de que, en dichos actos públicos, hace gala un porcentaje aplastante de ellos?

-¿Después de que sepamos que se dedican a la prostitución en una muy mayor proporción que los heterosexuales de ambos sexos?

-¿De que veamos cómo tantos de ellos se identifican con lo esperpéntico: disfrutan con el transformismo, se disfrazan de ´drac queens´,...?

-¿De que no ignoremos cuántos de ellos optan por el travestismo; tan asociado, por otro lado, con el mundo de la prostitución?

-¿De que observemos cómo muchos de ellos deciden destruir e invertir la obra y las leyes de la naturaleza y acaban siendo transexuales?

-¿De que no ignoremos que los casos de pederastia son mucho más frecuentes entre homosexuales que entre heterosexuales?

-¿De que sepamos de la promiscuidad sin límites que llevan a cabo?

-¿De que no desconozcamos que el número de suicidios y crímenes, a menudo por móviles pasionales, cometidos por ellos es, porcentualmente, significativamente más elevado que los perpetrados por el resto de la población?

¡Muy normal todo...!, ¿verdad?.

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